El mercado laboral español perderá 2,6 millones de trabajadores en 25 años
Formarse en sanidad, administración o agricultura será clave para dar respuesta a las necesidades del futuro mercado de trabajo.

En los próximos 25 años España perderá 2,6 millones de trabajadores. Así lo revela un reciente estudio de Randstad Research, que revela que se pasará de 31,7 millones de trabajadores en 2025 a 29,2 millones en 2050, lo que supone un descenso del 8% en la población activa.
El informe El reto generacional en el mercado laboral: envejecimiento, escasez de talento y cualificación analiza la situación de 25 países de América, Europa y Asia-Pacífico, combinando variables demográficas, laborales y educativas. A nivel global se observa un aumento de las jubilaciones, una menor población joven y dificultades de las empresas para encontrar talento.
En España, este deterioro demográfico se traslada al relevo generacional. Entre 2025 y 2050, se podría perder un 12,8% de jóvenes en edad laboral (15–24 años), mientras que el grupo de 25 a 54 años aumentará hasta el 63,5 %, y los trabajadores de 55 a 64 años bajarán al 20,6%.
Este desequilibrio se produce por tres factores clave: el envejecimiento de la población, una mayor dificultad para cubrir vacantes en sectores esenciales y la insuficiente renovación generacional. Sectores como la administración pública, defensa, agricultura, pesca y sanidad, donde la presencia de trabajadores mayores de 55 años supera el 20%, serán los principales afectados.
En estos ámbitos, la Formación Profesional y los estudios universitarios relacionados con la gestión pública, enfermería, medicina rural, veterinaria o ingeniería agrónoma serán prioritarios. Además, en áreas con una alta concentración de jóvenes como la hostelería, las actividades artísticas o la comunicación será necesario reforzar la estabilidad y la cualificación para facilitar trayectorias más sostenidas.
El informe propone políticas integradas que impulsen la natalidad, la atracción de talento internacional, la recualificación laboral y el fomento del envejecimiento activo. En este sentido, será necesario apostar por itinerarios formativos en competencias digitales, atención sociosanitaria, logística, energías renovables, educación infantil y administración pública.