Mujeres emprendedoras en España, una tendencia al alza

Sofía Riesco

La mayoría de los negocios creados por mujeres son microempresas. Suelen innovar más en la fase inicial que en la empresa ya consolidada.

Las mujeres que deciden emprender su propio negocio son menores que los hombres, y además, quienes logran hacerlo se encuentran con más dificultades para hacerlo. ¿Por qué existe esta desigualdad en materia emprendedora y de apoyo para hacerlo?

Según el último informe Global Entrepreneurship Monitor 2019-2020, la tasa de emprendimiento femenino es aproximadamente tres cuartos de la de hombres. Para tratar de resolver los factores que conducen a esta situación y la efectividad de las políticas que buscan mejorar las condiciones para facilitar su implicación en las iniciativas de emprendimiento, dedican un capítulo a analizar las características más relevantes de las iniciativas puestas en marcha por mujeres en España.

Aumenta el número de mujeres emprendedoras

Al centrarse en el emprendimiento femenino, se observa que la evolución de la ratio femenina/masculina para la Tasa de Actividad Emprendedora en el periodo 2001-­2018 confirma el acortamiento de diferencias por género respecto de la participación en la actividad emprendedora en España. Al mismo tiempo, se ensancha la brecha de género de la tasa de actividad emprendedora por oportunidad (incentivados por la motivación y el aumento de ingresos), que son las que presentan mejores índices de supervivencia que aquellas creadas por necesidad.

El análisis conjunto de ambas ratios (oportunidad y necesidad) sugiere que el incremento de las tasas de emprendimiento femenino en España en los últimos años es, al menos en parte, el reflejo de la falta de trabajo, de mejores alternativas laborales o de las barreras a las que se enfrentan en el mercado laboral tradicional. De hecho, España se encuentra entre los países de Europa con peores resultados en emprendimiento femenino por oportunidad, que suele ser el que tiene mayor nivel de innovación, aspiración de crecimiento e incidencia en la creación de empleo.

Los sectores en los que emprenden y empleo generado

La gran mayoría de los negocios creados por mujeres son microempresas, y solo un 2,4% de las consolidadas crean más de 20 puestos de trabajo. Por norma general, las empresas de mujeres generan sensiblemente menos empleo que las empresas puestas en marcha por hombres y, por tanto, que la media nacional.

Por tipo de actividad, el 80% de las nuevas empresas de mujeres se concentraba en los sectores relacionados con la prestación de servicios a empresas y servicios orientados al consumidor. Son sectores en los que la inversión inicial suele ser menor y donde las mujeres han tenido tradicionalmente mayor presencia, y por tanto, más oportunidades para identificar nuevas ideas de negocio. Destaca la proporción de empresas consolidadas que desarrollan su actividad en el sector extractivo.

Innovación y tecnología

En cuanto al grado de desarrollo tecnológico del sector de actividad de las empresas puestas en marcha y gestionadas por mujeres, la gran mayoría operan en sectores poco intensivos en el uso de la tecnología. Estos datos reflejan también diferencias con las empresas creadas por hombres que participan en mayor medida en sectores más intensivos en el uso de la tecnología. Esto es un reflejo de la menor presencia laboral que las mujeres han tenido tradicionalmente en sectores intensivos en tecnología.

El grado de innovación de las empresas creadas por mujeres se da en mayor medida en su fase inicial, donde un 12,5% de las nuevas iniciativas considera que sus productos/servicios son completamente innovadores. Éstas utilizan también tecnologías más novedosas que los negocios consolidados: un 18,5% usan tecnologías nuevas de 1 a 5 años de antigüedad.

Por otro lado, se observa un mejor desempeño entre las nuevas empresas lideradas por mujeres con respecto a las consolidadas en lo que concierne a su orientación a la internacionalización, aunque en ambos casos la mayoría no exporta. En general, las empresas puestas en marcha por hombres parecen exportar más que las creadas por mujeres.

Factores que afectan a la desigualdad

Existen diferentes aspectos del contexto institucional, empresarial, social y familiar que ejercen un impacto sobre aspectos relativos a la acumulación de capital humano, social, financiero y reputacional de las mujeres, que será clave para la puesta en marcha de una actividad empresarial. El informe se centra en el contexto de desigualdad de género para explicar las diferencias de género en el emprendimiento.

Entre los factores que influyen se encuentra la desigualdad salarial -el salario medio anual de las mujeres es un 22% más bajo que el de los hombres-, la dedicación al trabajo no remunerado -labores domésticas a las que las mujeres dedican por término medio 26,5 horas a la semana frente a 14 horas por parte de los hombres-, la representatividad política y empoderamiento -España está en el puesto 23 de 35 países analizados en lo concerniente a porcentaje de mujeres en puestos directivos-, la educación -el porcentaje de tituladas en carreras STEM es del 30%-, o el conflicto trabajo­-familia al que están más expuestas las mujeres.

Soluciones para incentivar el emprendimiento

Las recomendaciones que se realizan en el informe se hacen a nivel del mercado de trabajo, donde es necesario que las mujeres participen al mismo nivel que los hombres en la población ocupada, que se alcance la paridad de salarios y que haya representación equilibrada en los puestos de responsabilidad en la toma de decisiones; a nivel cultural, mostrando el fracaso empresarial como parte del proceso; a nivel institucional, incentivar el emprendimiento y facilitar el acceso a la financiación, a mentores, redes y grupos de interés.

Aunque en las dos últimas décadas España ha mostrado un gran avance en las cifras de participación de las mujeres en la actividad emprendedora, este incremento no se está viendo correspondido con una mayor participación de las mismas en condiciones iguales que sus homólogos masculinos. Por el contrario, las cifras parecen indi­car que las mujeres optan por emprender, en parte, como consecuencia de una situación de mayor difi­cultad en el acceso al mercado laboral.

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